Vinicius, en una de las ocasiones falladas ante Remiro.
Pinchó el Madrid. No es la primera vez que lo hace en el Bernabéu. El caso es que mereció ganar, pero es imprescindible marcar goles para hacerlo, al menos uno. De hecho, siempre había hecho alguno desde que arrancó la temporada, 29 partidos oficiales seguidos, nada más y nada menos, 31 si se tienen en cuenta los dos últimos amistosos (jugó tres) de la pretemporada.
Una racha formidable, se mire
como se mire, que pudo prolongarse de
no fallar Vinicius
dos ocasiones de gol clarísimas, una en el alargue del primer tiempo y la otra a 20 minutos del final.
Remiro evitó el gol en ambas ocasiones
. Fueron dos grandes paradas, en efecto, aunque
no se pueden fallar esos goles
, lo diga Agamenón o su porquero. Pero así es el fútbol, pardiez.
A veces ha ganado partidos el Madrid haciendo mucho menos
. Ante la Real jugó bien, bastante bien de hecho, con un primer tiempo al tran-tran como suele ser habitual, pero no marcó.
Y cuando no se hacen goles, el gozo en un pozo
, o sea, hasta luego, Lucas. En fin,
la Liga se le pone difícil
, pero no está imposible.
Repitió
Camavinga
como lateral izquierdo. No es su puesto, pero volvió a cumplir. De hecho,
lo hace ahí mejor que Mendy
, pero tampoco es una solución. Tal como se desarrolló el partido, quizá era una noche para que jugase
Odriozola
en la banda derecha,
Nacho
en la otra y
Camavinga
en el centro. Es un problema más que notable el que tiene el Madrid.
¿No tiene ningún lateral potable en la cantera?
Podía haber aprovechado también el mercado de invierno para hacerse con alguno, habida cuenta de que los lesionados tampoco parecen ser una garantía... cuando se recuperen.