El cierre de A Mariña amenaza con hundir la participación en Galicia

Elecciones autonómicas

El 20% del censo de la provincia de Lugo, confinado a seis días del 12-J

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La ministra de Trabajo y el vicepresidente Iglesias coincidieron ayer en un mitin de Podemos en Vigo

Salvador Sas / EFE

Del lema oficial de “Anque chova, vota” (Aunque llueva, vota) del catastrófico referéndum autonómico de 1980 a la consigna de “aunque haya virus, vota”, que parece imponerse de cara a las elecciones del domingo. En la pandemia, Galicia se enfrenta de nuevo a su gran fantasma de la transición, el de una abstención descomunal, que en aquella consulta estatutaria llegó al 72%. Este espectro, conjurado hace décadas, reaparece después de que ayer la Xunta cerrase la comarca de A Mariña. No se teme una caída al nivel de 1980, pero ha quedado desfasada la previsión que consideraba la Xunta de que la participación sólo cayese cinco puntos, hasta el 59%. Y, además, si la crisis se agrava, la perspectiva de desplome se ampliará.

El cierre de la comarca costera de Lugo genera incertidumbre sobre las condiciones de participación de sus 56.243 electores, un 20% del censo provincial. Y al desatar de nuevo el miedo al coronavirus, alimenta dudas sobre el desenlace de unas elecciones que parecían más que resueltas, pues todos los sondeos publicados ayer otorgaban a Alberto Núñez Feijóo una clara mayoría absoluta, que podría llegar a ser de 43 escaños, dos más que hace cuatro años y como el récord de Fraga en 1993.

El BNG pide que se suspenda la votación en la comarca, pero la Xunta no prevé por ahora esa opción

En las filas populares se maneja la idea de que Feijóo no tendría problemas si la abstención se sitúa hasta diez puntos por debajo del 64% del 2016. Y que el límite crítico para el PP, muy dependiente del voto de los mayores, se situaría por debajo del 50%, lo que abriría un panorama imprevisible. Esta estimación coincidiría con las que se manejan en el PSOE.

Hace siete días, los 20 puntos de bajada de la participación en Francia encendieron alarmas en la Xunta, mientras se veía crecer el voto por correo, si bien por debajo del máximo de las generales del 2016. De ahí arrancó un esfuerzo por convencer a los electores, sobre todo a los mayores, de la seguridad de ir a votar, mientras se le quitaba importancia al foco de A Mariña, que el sábado, en una entrevista en El Progreso , Feijóo daba por “controlado”, mientras la oposición ya había suspendido la campaña en esa comarca. Ahora la estrategia de la minimización ya no funciona y la cuestión está en el contagio psicológico al resto de Galicia.

Bajo el precedente de la inédita suspensión de las elecciones del 5 de abril, existe la incógnita de si se va a poder votar el 12 de julio, aunque, de momento, ninguna de las fuerzas relevantes plantean esa cuestión. En principio, la suspensión sólo aparecería tras la extensión de la infección a otras zonas de Galicia que pudiera multiplicar la abstención. Ahí Feijóo podría volver a plantear un aplazamiento, aunque para él ahora sea básico salvar el 12-J que convocó unilateralmente. Y mientras el candidato socialista Gonzalo Caballero pide a Feijóo que convoque a los partidos para hablar de A Mariña, el BNG exige la suspensión de las elecciones en esa zona, porque la prioridad “es la salud”. Pero la Xunta no está por la labor, como revela el decreto de cierre de la zona, en el que figura acudir a votar como una excepción para salir y entrar de la comarca y la participación de personas en cuarentena no infectadas.

Según el catedrático de Derecho de la Universidad de Oviedo Miguel Presno, en este momento se podrían celebrar las elecciones en la zona confinada, al permitirse moverse dentro de ella. Si se agrava la situación, cree que una solución sería aplazar los comicios en A Mariña, usando la disposición de la ley electoral para repetir votaciones anuladas. Sería todo en el terreno de la falta de previsiones legales y de las enormes innovaciones que ya se hicieron para suspender la convocatoria de abril.

Díaz advierte que Iglesias “es una pieza que batir”

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, señaló ayer en un mitin de la campaña gallega, en Vigo,que el vicepresidente Pablo Iglesias es “una pieza que batir y por eso van a por él”, porque “saben que es clave” en el Ejecutivo de coalición. “Nunca tiró la toalla”, señaló Díaz, en una alusión velada al caso Dina. Por su parte, el líder de Podemos apuntó que los comicios del 12-J son la “única oportunidad” del PP para “recuperar el poder en España”, ya que los poderes económicos y mediáticos buscan la victoria de Alberto Núñez Feijóo para situarlo como referente de los populares a escala nacional.

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